Oculto estero
detrás de aquél sendero
es donde comienza
nuestro viaje.
En el porvenir
hayamos nuestros sueños
que alguna vez
vimos tan lejanos.
Hoy tal vez
me diga,
que la esperanza
haya mi
fuerza de voluntad.
Cosmos y estrellas
de mi imaginación,
guarida
del sentir
de mi corazón.
Obviamente
que no es propio de mi
decirte que alguna vez
miedo tuve de ti.
Asidero congruente y estático,
como algo que nunca
pudo lograr mover,
más allá de sí mismo,
la mecánica de su ser.
Ojos café
piel pálida
manos cálidas
y una sonrisa de miel
son el fundamento
de mi fe.