lunes, 13 de diciembre de 2010

Grito en las páginas virtuales demis dias.

Escribirte no tuvo feedback alguno y muerta te hallas
ante mis profundas expectativas de saber de tí.

Ser sincero me ha dejado nulo, despojado
de mis propias defensas y por primera vez me siento aterrado.

Los días son banalidad recurrente,
propios de una cinta de montaje, que en mi
representa la estupidez asumida, lo tenebroso de saberse solo.

Condenado a suplirme en despropósitos, a desencontrarme,
o mejor dicho, reconciliarme con una burbuja imposible de volver a crear,
digo al tiempo, que me es necesario explotar.

Las cosas pendientes en mi vida son el real peso de mi conciencia,
son la amalgama de vicisitudes que endémicamente constriñen
la cotidianeidad de todos los días.

Estoy convencido que mi único camino es revolucionarme, el trabajo, la facultad,
y demás responsabilidades que no asumo en forma carnalizada se debe a que no me hallo, o mejor dicho, no me sienten....son ajenas...

Tengo que transformar esta realidad y para eso requiero de un coraje, de una valentía
que por momentos dudo tener, o no quiero...cuestión esta última que me deja peor por dos razones: a saber la primera, es que evidentemente esta vida no me funciona, me puja hacia lo más oscuro de mí y ni siquiera deja producir nada que me haga sentir bien y feliz conmigo mismo, o sea soy consciente de que hay algo que falta, pero la segunda consecuencia, que considero trascendental, es que a pesar de mi "iluminación existencial", no quiero pegar el paso siguiente, convirtiéndome así, según palabras de mi hermano de vida "en el hombre más dejado" que el conoce.

Esto último lo vengo analizando detenidamente y es una estructura mental que me está dominando, en todos lo ámbitos de mi vida y no puedo dejar que eso pase.

Primera medida: buscar ayuda profesional.
Segunda medida: comprometete con tu vida, comenzando por tu salud corporal y con la de tu casa. Arreglá la maldita vivienda que tenés hijo de re mil puta!!!!

No hay comentarios: