Insípida virtud
que me acongojas
en mi necedad,
siento el peso
de mis dudas
en el desorden
de mi espacio.
Revoltosa inquietud
que me desvela
de mis más pervertidos sueños,
comprendo lo complicado
de mi mente
al verte en el rostro
y sentir esa desdicha inhumana.
lunes, 25 de agosto de 2008
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