A falta de sueños
los unos mitigan
sus agujeros
con idealidades
consumistas.
Otros, no más que
por sí mismos,
se dejan estar
para retomar
por momentos
otros estados nítidos.
Pero todos y ninguno...
se complacen con la vida,
cotidianeidad conspicua, carente,
de toda irreverencia.
Y ella quiere sueños de construcción.
lunes, 13 de septiembre de 2010
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