Cosmos del todo eras
en las horas
de mi desdicha semanal.
Aquellas heróicas palabras
que pude pronunciar
lograron al menos conocer
el vaivén de tus lavios
el sonido de tu nombre
el movimiento de tu vos.
Estupefacto
sin movimiento
hecho roca (e inmóvil)
vi pasar tus ojos
distantes a los mios.
Hoy me arrepiento
por ser el inseguro
que sempre soy...
ante lo mucho que me gustas.
miércoles, 2 de julio de 2008
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